PATRONA DE TABASCO
LA VIRGEN DE LA ASUNCIÓN DE MARÍA
LA CUPILQUEÑA
En el año de 1638, apareció la Virgen de Nuestra Señora de la Asunción de María, sentada en un barco de madera en la playa de la barra de Tupilco, Paraíso Tabasco, a un grupo de humildes pescadores del poblado de Ayapa. Y al revisar encontraron una corona, una campana, una media luna y sus vestidos y al mismo tiempo traía un texto que decía que su imagen era de origen francesa. Los vecinos del lugar, decían que donde apareció, en algunas fechas especiales se escuchaban ruidos de campanas, quienes en ocasiones, los mismos salían por las noches tratando de descubrir dónde sucedía esto, pero no lo lograron.
Hasta que llegó aquel grupo de pescadores a quienes se les manifestó el milagro de la aparición de la Santísima Virgen. Fue entonces que se movilizaron entre ellos y formaron un huacalito de cañitas de zimarrón para colocar la imagen y al mismo tiempo, se organizaron para rezar oraciones y rendirles cantos de alabanzas a Dios y a la Virgen, dirigiéndose en peregrinaciones hasta el poblado Ayapa.
Y así permanecieron por 8 días con ella, pero no se contenía en el lugar que la dejaba, pues siempre se volteaba dirigiéndose hacia el norte. Al ver lo que sucedía, los mismos pobladores decidieron llevarla a los siguientes municipios: Jalpa, Nacajuca, Cunduacán, Cárdenas y Chiltepec y otros más.
Pero la Virgen seguía cambiando de posición. Decidieron llevarla a un pueblito pobre de nombre Copilco, que hoy en día mencionamos como Cupilco, donde existían aproximadamente 60 habitantes y todos se unieron para construir una ermita de techo de huanos, horcones de madera y cerca de jahuactes y en ella un altar para colocar a la Virgen y ésta no volvió a moverse. Al poco tiempo la ermita se incendió y se quemó el barquito y los haberes de la Virgen; solo pudieron rescatar la imagen de la Santísima Virgen.
Años después aparecieron los franceses en México porque sabían que algunos de los mexicanos estaban enterados de que se les había extraviado el barco donde llevaban la Virgen. Estos venían haciendo esa búsqueda, hasta llegar a la laguna Puerto Ceiba en sus barcos y al llegar al río Cuxcuxapa, cerrándoseles la puerta formándose altas montañas, ellos trataban de hacer brechas, pero nunca lograron sus propuestas porque se les quebraban los machetes y hachas; viendo todo esto, retornaron a sus lugares. Esto fue uno de los milagros de la Santísima Virgen que con su poder nada quedó, como si nada hubiese pasado.
La Iglesia y Santuario de La Asunción, o más conocida como Iglesia de Cupilco, fue construido a finales del siglo XVIII.
VISITA DE S. JUAN PABLO II A LA DIÓCESIS DE TABASCO